Ya salió el peine. La renuncia de Josefina Vázquez Mota a la Secretaría de Educación Pública tiene un interés primordial para el Presidente Felipe Calderón Hinojosa: quiere a Vázquez Mota en la Cámara de Diputados. Es el movimiento estratégico de las piezas sobre la mesa del juego político presidencial de los diputados del PAN, para los siguientes tres años a partir de la renovación de la Cámara en la elección próxima del 5 de julio.
Todo va en función del interés presidencial, y partidista en este caso, de contar con el respaldo necesario de los diputados para las reformas que siguen, como las pendientes llamadas reformas estructurales que legó Vicente Fox a Felipe Calderón. Más allá de calificarlas de contrarreformas porque irían a contraflujo de los cambios de otros estados neoliberales que en el mundo las han abandonado por inviables.
Pero en México eso no importa. Para ello el Partido Acción Nacional colocará a Josefina en los primeros lugares de las listas; es decir, arriba en la lista de las plurinominales para que llegue segura por el principio de representación proporcional al Congreso de la Unión. Como se le requiere. César Nava, simplemente irá a la cabeza de la fracción panista.
Calderón fue quien le pidió la renuncia a Vázquez Mota de la SEP, aunque públicamente se diga lo contrario, pese a que desde ahí hizo muy poco por el sistema educativo de país. La Alianza por la Calidad de la Educación que pactó con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el 15 de mayo de 2008, por ejemplo, se quedó en el tintero porque no consiguió el apoyo mayoritario del sector magisterial. Es decir, los maestros no apoyan dicha alianza porque se pactó entre cúpulas. Pendiente también deja el tema del examen profesional que, dijo Josefina, debe aplicar un organismo autónomo de la SEP. Pero eso se refiere a la calificación de la profesionalización de los maestros, por la ruta de la Carrera Magisterial que también incluye mayores percepciones salariales, pero desde cuándo el examen es aplicado por el Centro Nacional de Evaluación (Ceneval). En otras palabras, eso fue una propuesta sin sustento.
Pero Mota agradeció a Calderón y calificó la educación en los siguientes términos: “La educación es, y ha sido una agenda de acuerdos, es una agenda de convocatoria, amplia, es una agenda de entusiasmo, es una agenda de unidad por encima de cualquier interés de grupo o de partido”. Pero eso es, precisamente, lo que no se ve.
Como un secreto a voces, Calderón quiere a Josefina en la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara. Desde ahí seguirá ejerciendo su “enorme liderazgo”, además de “su gran capacidad para resolver asuntos con un enfoque plural y abierto, porque cada reto que ha enfrentado en su vida”, como lo ha hecho siempre y con valentía, comentó Calderón. “No puedo omitir mi enorme satisfacción —expresó Calderón— porque, aunque sé que su apoyo como secretaria es invaluable, para superar los enormes desafíos que tiene el país, para mí como Presidente de la República, el contar con diputados y diputadas que respalden en el Congreso de la Unión el proyecto de Nación que compartimos, es verdaderamente vital”.
Pero Vázquez Mota habría puesto otra condición al presidente para dejar la SEP (la primera sería irse a la cabeza de la Mesa Directiva): la de no dejar la institución en manos de Elba Esther, la lideresa vitalicia del SNTE. No obstante se maneja ya que sería el elbista Juan Carlos Romero Hicks es quien vendría a suplir a Mota. Pero eso está por verse todavía.
El caso es que la SEP, ni la educación de este país le interesa al PAN y al propio Felipe Calderón. Pues lo contrario no hubiese sido utilizar la institución como simple trampolín político, como resultó con Vázquez Mota, fiel compañera del actual presidente a quien acompañó desde la campaña electoral por la silla presidencial.
5/abril/2009.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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