jueves, 24 de diciembre de 2009

Reacción contra Chávez

La ola de protestas a que han convocado jóvenes colombianos vía el Facebook, tiene su origen en la manipulación orquestada por la derecha internacional, pero especialmente desde los Estados Unidos. La visión maniquea de dividir al mundo entre chavistas y no chavistas, pronto acarreó seguidores y vía internet se propagó la noticia de acudir a las calles a manifestarse en contra de la “dictadura bolivariana” de Chávez, el presidente de Venezuela.
La reacción de los venezolanos, que incluye al propio Hugo Chávez, va en el sentido que tal estrategia tiene su origen en la derecha norteamericana, que protesta y repudia tanto la presencia de Chávez en el poder en Venezuela como su permanencia en el poder.
Por la idea de utilizar a jóvenes de Colombia para que fueran los principales agitadores y convocantes a una protesta que ha prendido no sólo en ese país sino igualmente en Chile u otros de Latinoamérica, está claro, va en el sentido de utilizarlos para abultar el conflicto entre ambos países y justificar de ese modo el crecimiento de bases de EU en el país sudamericano.
Aparte, la revolución bolivariana le ha traído a Chávez muchos enemigos. Tantos como le trajo en su momento a Salvador Allende el intento de instrumentar cambios con sentido socialista en Chile, que sería contenido con su asesinato y por la vía cruenta de la represión popular por el general Augusto Pinochet.
No obstante el mismo presidente venezolano ha emprendido acciones que atentan contra los intereses monopólicos de su propio país, pero de rozón afecta también a los intereses de los gringos. Para los EU el régimen de Hugo Chávez es tan mal visto en Sudamérica como en su momento lo fue la revolución, primero, y el posterior gobierno de Fidel Castro en Cuba.
Pero además de la afectación de intereses porque Chávez le está minando los negocios a las empresas de los EU, el ejemplo chavista prolifera en la región. Los seguidores que tiene Chávez en el continente, con todo y que se trata de gobiernos ocupados en responder a los intereses de sus pueblos y contrarrestar la tremenda influencia y control que ejercen los EU vía los organismos financieros internacionales, representan por lo mismo un peligro para los fines imperiales.
Pero el mismo Hugo Chávez ha emprendido acciones cuya utilidad pública no ha sabido difundir y en el mundo aparentan ser medidas de corte autoritario, con todo y que en el fondo sean acciones de utilidad pública, como decimos en México. Pero el imperio las vende en todos sus medios de comunicación controlados desde el ombligo propio del imperio y sus ramificaciones en los países del mundo, como medidas de un presidente autoritario que representa una amenaza para los fines del respeto a la iniciativa privada. O del mercado libre que requieren sus empresas para la apropiación de las reservas de energía vía el control de los recursos naturales.
Pero está claro que el modelo neoliberal instrumentado en Latinoamérica durante los 80 y 90, años aciagos del impacto del libre mercado, de las privatizaciones de empresas públicas —o achicamiento del Estado—, de las desregulaciones; medidas de política económica que trajeron consigo los controles salariales de los trabajadores y las restricciones monetarias, pese a las elevadas tasas inflacionarias, lo único que demostró fue el empobrecimiento de la población. Y desde entonces, salvo algunas excepciones donde tales medidas de mercado libre se han equilibrado de cierta manera como sucede en Chile (con todo y tratarse de gobiernos emanados de la derecha), en todo el continente lo que demostraron fue su inoperatividad.
Empobrecimiento, pauperización, depredación del campo y de las reservas naturales, y con ello pobreza generalizada e indigencia en las ciudades. La casi desaparición de la clase media que se ha corrido hacia los límites de la pobreza, le ampliación de la banda de la pobreza extrema. Estas son algunas de las consecuencias que ha dejado como lastre la instrumentación del modelo neoliberal a ultranza.
Sin decirlo a todas voces, y sin arremeter clara y frontalmente en contra de estas políticas, Hugo Chávez está caminando en este sentido. Y es que para contrarrestar estas secuelas, en un continente donde fielmente se siguieron a pie juntillas las privatizaciones de modelo neoliberal, se requieren políticas firmes pero libres del candado de los EU. Libres de las políticas de los organismos financieros, como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que tampoco resulta tan fácil.
La crisis de la deuda en Argentina de 1999-2000, cuando EU los dejó a su suerte, fue ejemplo claro de que al FMI no le interesan los países. Pese a la crisis política que se suscitó con la renuncia Fernando de la Rúa, y el planteamiento del pago pospuesto de los vencimientos de deuda, la negativa a refrendar un préstamo para cubrir obligó al famoso “corralito”. Pero Argentina salió de su problema financiero sin la ayuda de sus acreedores. En pequeño, y a modo de ejemplo, en Latinoamérica el problema es de magnitudes.
Y Chávez hace lo propio por su pueblo. Y se solidariza con la región. Eso le inquieta a EU. Por eso quiere poner más bases en Colombia, para tenerlo frente a frente. Es el fondo del complot.

4/septiembre/2009.

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