De utilidad patrimonialista, el partido verde ecologista de México llega a las elecciones con una fuerte dosis de engaños. Como otros de las ligas menores que juegan en el espectro político-electoral del país, el partido “verde” ha sobrevivido desde su fundación en 1986, gracias a sus alianzas con otros partidos “grandes” que le reditúan votos para no perder el registro y desaparecer.
La flexibilidad de las leyes electorales, que exigen bajos porcentajes del voto en una elección —entre un 2 y hasta el 3 por ciento—, le ha permitido a este y otros partidos como el Panal, Convergencia, Social Demócrata, PT, y otros que de plano han desaparecido, subsistir del presupuesto nada despreciable que por ley les otorga el Congreso para sus actividades políticas.
El retiro de Jorge González Torres de la dirigencia, dejó al hijo, Jorge Emilio González Fernández, la representación del partido. Pero la inmadurez política del junior, o del Niño Verde, pronto lo obligó a abandonar la presidencia del partido para calmar los ánimos públicos de escándalos, como el del video de 2004 que lo presentaba “negociando” un permiso municipal en Cancún para una construcción en zona de reserva ecológica, a cambio de 2 millones de dólares. Con todo y que después intentó desacreditar el video bajo el argumento de que sus dichos estaban fuera de contexto, nunca anuló la idea de que utilizaba el partido para sus corruptelas en interés patrimonial y familiar. Tampoco se sacudió las denuncias por desvío de recursos ni de tener prestanombres para sus propiedades.
En su momento, los otros partidos que rondan el espectro de la política en México dentro de las llamadas ligas menores, han recibo acusaciones de los militantes cercanos a las dirigencias, de que los líderes usan los fondos públicos a su antojo. No sólo no reparten —los estados, por ejemplo, son abandonados a su suerte—, tampoco justifican gastos. Eso, por la flexibilidad de las leyes electorales. No por otra cosa. Bueno sí por otra: porque finalmente son partidos comodín, porque en su momento son útiles a los partidos grandes para alcanzar una votación mayor en las elecciones.
Últimamente, el Verde se ha subido a la campaña con maña en pro de la pena de muerte, abusando de la estrategia del actual presidente Calderón de la guerra contra el crimen organizado, que comprende también al flagelo del secuestro. Aún a sabiendas de que la pena de muerte no tiene cabida en la Constitución, la manía del verde ha sido plan con maña. Para ganar adeptos, para atraer simpatizantes, para atraer votos, para no perder el registro.
Pero esa estrategia de montarse en el interés de otros le ha dado frutos. El último escándalo lo sostiene de cara al proceso electoral. Pero ni tardo ni perezoso sigue adelante abanderando el cinismo en la política. Como Homero Simpson, que le vende su alma al diablo. El último de los escándalos es que este partido no sólo paga espots en la Televisa, cruza alianzas con la empresa televisiva para las candidaturas.
Se señala, incluso, que hasta podría crearse la bancada de la televisora en la próxima Legislatura. El señalamiento es que hay una lista de candidatos a puestos de elección popular estrechamente ligados, o mejor dicho, que son parte del equipo del director jurídico de la televisora Javier Tejado Dondé.
De acuerdo con una investigación reciente, están los casos de Mónica García de la Fuente, exasesora de Nueva Alianza que hoy trabaja en Televisa y ocupa la tercera circunscripción. Adriana Zarur, conductora de Proyecto 40 y ocupa la segunda circunscripción, relacionada con Tv-Azteca. Lorena Corona Valdez, empleada de Televisa, está en el primer lugar de la lista por la primera circunscripción. Miguel Orozco Gómez, director jurídico de la CIRT, hermano del senador Javier Orozco, está en la lista como suplente de Corona Valdez. Roberto García Regena, coordinador en la Cofetel, desde hace tres años, es el segundo en las oficinas de Dondé. Juan Gerardo flores, secretario de la comisión de RCT en la Cámara; Verónica Tomás, cercana al directivo Televisa desde hace 8 años; Rodrigo Pérez Alonso y Ninfa Clara Salinas Sada con el primer espacio en la primera circunscripción e hija del Ricardo Salinas Pliego de Tv Azteca.
Ni qué decir del actor Raúl Araiza y Maite Perroni, el primero que declaró en el noticiero Ok !W con Javier Poza, no compartir los intereses del PVEM. Tampoco los puntos de vista del espot sobre la pena de muerte. A él simplemente lo contrataron vía el casting, como lo pudo hacer cualquier otro partido. Nada más.
Pero no es el caso de los candidatos propuestos por el Verde como se describe. La fusión del partido y de la televisora tiene fuertes intereses de por medio. Al partido le interesa subsistir en el escenario político del país. Y al parecer el impacto de su presencia en la tv le ha posicionado al grado de alcanzar el cuarto lugar del espectro político nacional. Es decir, el PVEM se está vendiendo como producto, más no como partido con propuestas. Y los espacios a puestos de elección popular también los ha vendido conforme a sus intereses. En esas anda el Verde para este proceso electoral. Es el negocio de familia, de los González Torres. Un partido que se suma a la propuesta de Martí y lleva a los candidatos a firmar el compromiso ante notario. Pero eso es pura pantalla. El negocio que significa manejar un partido con cuantiosos recursos públicos, se asoma atrás como Medusa.
1/julio/2009.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
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