Desde que en 1985 Rafael Caro Quintero, el narcotraficante de cannabis más famoso de entonces y fundador, junto con Miguel Ángel Félix Gallardo, del Cártel de Guadalajara, dijo al gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado que lo dejaran libre para trabajar un año y él pagaba la deuda externa del país, no pocos se quedaron atónitos ante tal provocación.
Era tanta la sorpresa por las posibles ganancias que obtenía Caro Quintero con el manejo del ilícito negocio, como por el asumir la posibilidad de un deudo del país en ese entonces—estamos hablando de la mitad del sexenio de MMH— por la cifra de 100 mil 361 millones de dólares. Como dato, recordemos que José López Portillo llevó la deuda externa de 30 mil mdd, como se la dejó Luis Echeverría, hasta 83 mil mdd, y fue el presidente del boom petrolero; del famoso “cuerno de la abundancia”.
Más recientemente, cuando se capturó al mexicano de origen chino, Zhenli Ye Gon, acusado de introducir ilegalmente al país 60 toneladas de seudoefedrina y de mantener relaciones con el Cártel del Milenio, asentado en Michoacán, se le encontró en una casa de seguridad montones de billetes verdes apilados, que deslumbraron a cualquiera. Las cifras de lo incautado, se dijo entonces por parte de la PGR, ascendían a 207 millones de dólares, “el decomiso en efectivo más cuantioso en la historia de las operaciones contra el narcotráfico”.
Tales son las ganancias de los narcotraficantes y los dedicados a la delincuencia organizada, que pueden sobornar autoridades de todos los niveles, comprar protección e incorporar a sus filas a los mejores hombres y adquirir los equipos de vigilancia y armamento más sofisticados. Por eso y más, no pocas veces sale a la luz pública que los ejércitos de hombres sumados por los narcotraficantes a sus filas, están mucho mejor armados que los propios soldados del Ejército mexicano. Ni se diga de las policías, así sean federales; cuantimás locales, estatales o municipales.
Entre tanto los cárteles se disputan los territorios para el cultivo, hasta el procesamiento de los diferentes tipos de droga y el trasiego —atrás quedó el solo cultivo de la mariguana, de los tiempos de Quintero—, y el gobierno de Felipe Calderón les ha declarado la guerra abierta desde las trincheras del propio Ejército, una de las demandas principales y que tienen que ser atendidas para trastocar sus ejes de sostén, es el investigar y dar seguimiento a las transacciones de dineros ilícitos: el lavado de dinero y las inversiones, pasando por los montos colocados en los llamados paraísos fiscales.
Pegarles en el corazón a los carteles, con una serie de acciones que irían más allá de las detenciones de simples operadores menores y/o de incautaciones de droga a traficantes pequeños y persecuciones sin efecto; algo que tiene que ver más con acciones de inteligencia, de planeación y de una estrategia más definida en contra de las bandas de la delincuencia organizada.
En este sentido, diputados de los diferentes partidos coinciden en señalar que para debilitar al narcotráfico es importante atacar su estructura financiera. Por lo mismo, proponen la creación de la Ley para Prevenir el Lavado de Dinero y el Financiamiento al Terrorismo. Porque según el diagnóstico más conservador, en nuestro país se lavan 45 mil millones de dólares anualmente, y de los cuales la mitad procede del narcotráfico. Tan sólo la Cámara de Diputados coincide con los datos de Hacienda, en el sentido que en 2008 se registraron 6 millones y medio de operaciones ilegales, lo que se traslada a elevadas cifras de lavado. Tan sólo firmas estadounidense como No Money Laundering, reportan que, por los altos niveles de corrupción, el narcotráfico lava alrededor de un 5 por ciento de PIB, es decir la cifra de los 45 mmdd anuales.
Pero las cifras pueden ser mayores, porque de acuerdo con la Unidad de Investigación Especializada en Recursos de Procedencia Ilícita de la PGR, hay 496 averiguaciones previas por lavado de dinero desde 2004 a la fecha. Y, entre 2006 y 2008, la misma dependencia remitió 126 denuncias a la PGR por ese delito. Denuncias que implican un monto mayor a los 31 mil 357 millones de pesos, una cifra que representaría el 8 por ciento del capital sucio total que entra al país.
Reales o no, el caso es que también, el Centro Nacional de Inteligencia sobre Drogas del Departamento de Justicia de EU, asegura que las organizaciones ligadas al tráfico de drogas en México, y Colombia, lavan entre 18 y 39 mil mdd anuales, procedentes del narcotráfico. Y los cárteles mexicanos introducen al país, entre 18 y 39 mil millones de dólares por dicha actividad.
Legislar no basta, es importante reestructurar los servicios de inteligencia y depurar a las policías. Redefinir la estrategia antinarcóticos, investigar al lavado de dinero, tanto dentro como fuera en los llamados paraísos fiscales.
20/julio/2009.
jueves, 24 de diciembre de 2009
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