jueves, 24 de diciembre de 2009

Refinería

Que siempre sí. El estado de Hidalgo se sacó el premio mayor con la inversión millonaria que le implicará la construcción de la nueva refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex), por un valor de nueve mil 300 millones de dólares. Se trata de la Refinería del Bicentenario. También del mayor proyecto del actual gobierno del presidente Felipe Calderón. Y del primero que se construirá en el sector energético, Pemex específicamente, después de la llamada reforma energética no hace mucho avalada por el Congreso de la Unión, y que admite la participación de inversión privada en la paraestatal.
No obstante que de tiempo atrás se venían haciendo inversiones soterradas de tipo privado, por la vía de los llamados contratos de servicios múltiples —figura tramposa creada desde los tiempos del gobierno de Ernesto Zedillo—. El entonces presidente Zedillo otorgó contratos millonarios a dos empresas, y el sucesor Vicente Fox, les entregó a cuatro por cierto trasnacionales y con capital particularmente estadounidense.
Así, más allá de la valoración política que hemos abordado en diversas ocasiones en este mismo espacio, para la decisión final prevalecieron los argumentos técnicos, también de acuerdo a los lineamientos presentados allá por el día 14 de abril en el boletín número 085 de la paraestatal.
La decisión la dio a conocer finalmente el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, luego de una pugna —más artificial y mañosa que real— generada entre los gobiernos de los estados de Hidalgo y Guanajuato por disputarse las millonarias inversiones y ventajas posteriores. Pero Hidalgo tuvo la delantera. No obstante el premio de consolación para Salamanca significa una participación por tres mil 76 millones de dólares para la reconfiguración de su actual refinería.
Tula en Hidalgo, está ubicada en el centro del país, el espacio territorial donde se ejerce la mayor actividad industrial nacional. Y cuando el crecimiento urbano desborde al Valle de México, la tendencia es hacia la gran Zona Metropolitana que comprendería además del Estado de México, al estado de Hidalgo como una mega urbe.
Al dar a conocer la sede, Reyes Heroles lo puso del siguiente modo: el año entrante será difícil por el anuncio de los recortes presupuestales, según el titular de Hacienda, Agustín Carstens, pero el proyecto de la refinería tendrá prioridad.
Fue Hidalgo, porque su gobierno garantizó a la paraestatal seguridad jurídica sobre la tenencia de la tierra en 721 hectáreas para la obra, y el martes se entregó el último título del Registro Agrario Nacional de la última parcela requerida, razón por la que se anunció el sitio el miércoles. Lo anterior, para complementar el polígono de las 807 parcelas requeridas.
En lo referente a los costos para la magna obra, así como los medios de financiamiento, Tula aventajó a Salamanca por 673 millones de dólares. Y de los recursos para la construcción, éstos se obtendrán de la “colocación de deuda, créditos, bonos y emisiones en los mercados nacionales e internacionales, además de recursos propios de la paraestatal”. Aquí cabe decir que son varios, si no es que muchos, los inversionistas interesados en participar. Efectivamente, tanto nacionales como extranjeros, han estado a la espera de la oportunidad en una empresa altamente redituable, tanto en el sector energético como en el país por su tamaño: la cuarta en la escala mundial.
Para la misma refinería, el tema del agua también está resuelto en Hidalgo. Además de los yacimientos que posee el estado para el procesamiento de las aguas residuales, se construirá la planta más grande de tratamiento. No obstante que sea una refinería moderna que minimice el uso del agua.
Por ello, conforme al citado estudio técnico-económico realizado por la paraestatal, Tula responde con los mejores resultados financieros, territoriales, para “elevar la rentabilidad de todo el sistema nacional de refinación”. Refinería que tendrá la capacidad de procesar petróleo crudo tipo Maya en 300 mil barriles diarios. Aproximadamente 142 mil barriles diarios (mbd) de gasolina, 82 mbd de diesel, y 12 mbd de turbosina.
Por un valor estimado en nueve mil millones de dólares, se terminaría de construir en 2014 y entrará en funcionamiento en el año 2015. Un proyecto para la creación de entre mil y mil 400 empleos directos e indirectos.
Otros elementos considerados fueron: el tipo de tecnología del proyecto, la configuración de la planta, el tamaño de la refinería, la distancia de las fuentes del crudo y de las zonas de consumo, la disponibilidad de materia prima, la calidad del crudo disponible, la eficiencia operativa de la infraestructura, el análisis geográfico, ambiental y social del campo, la infraestructura existente (caminos, ductos, refinación), el aprovechamiento de las aguas residuales y el costo de los terrenos.
Para todo se consultó a los gobiernos de los estados de Campeche, Hidalgo, Michoacán, Tamaulipas, Guanajuato, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz. Y como ninguno puede decirse sorprendido, la decisión es Tula, Hidalgo.

13/agosto/2009.

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