En la delegación Iztapalapa del Distrito Federal se mueven varias piezas del ajedrez político capitalino, cuyas jugadas definirán algunos ganadores y otros perdedores. Hay varios jugadores frente a frente. Amigos y rivales todos. Contrincantes de partido, de proyecto, de ambiciones. Están, por ejemplo, el PRD y el PT. Rafael Acosta Juanito, el jefe delegacional en turno, y Clara Brugada, la aspirante a ser la jefa. Andrés Manuel López Obrador, por un lado, y por el otro Marcelo Ebrard Casaubón. Los militantes del partido y los ciudadanos de la demarcación.
Las piezas del tablero terminaron de conformarse el pasado 5 de julio, el día de la votación local para elegir jefe delegacional en Iztapalapa, así como los titulares en el resto de las demarcaciones del DF, algunas gubernaturas y los representantes federales de San Lázaro. Pero en Iztapalapa ocurrió lo que todos sabemos: el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le retiró la candidatura por el PRD a jefa delegacional a Clara Brugada, quien era apoyada por El Peje, y subió por el mismo partido a Silvia Oliva, la esposa de René Arce. Pero oh sorpresa, no ganó el PRD el importante bastión de Iztapalapa, la demarcación más importante en el DF.
Perdió Silvia Oliva y ganó Juanito por el PT, empujado por El Peje. No obstante, cuando Clara quedó fuera, el escenario se descompuso al grado de que el día de la elección se esperaba, al menos, que se dieran confrontaciones. Pero no pasó nada. Y el ganador fue Juanito, el peón de El Peje se llevó el triunfo. El escenario fue diverso, confuso y difuso, para el PRD en la preelección, porque Obrador llamó a votar por el PT siendo líder perredista. Eso enojó a las huestes del PRD, y alentó al PT. Desde entonces los perredistas encabezados por Los Chuchos, hablaron de expulsarlo del partido. Y lo cumplirían luego, en la convención de Michoacán.
Pero el llamado de Obrador a votar por Juanito distendió el ambiente de confrontación preelectoral. Se presume que hubo acuerdos entre los grupos de choque para seguirle el juego a El Peje, en contra de la candidata Oliva que llegó por dedazo del Tribunal y para favorecer a Los Chuchos. El triunfo de Juanito demostró la fuerza de Obrador, y el impacto de su llamado al voto. Unificó más su llamado a votar por el PT que la candidatura de Oliva.
No obstante, la condición de que el triunfo de Juanito serviría para que subiera Brugada, sigue en entredicho. Porque desde que ganó Juanito, el triunfo para el PT en el DF es invaluable. Desde entonces era previsible que Juanito no renuncie tan fácilmente. La condición que puso AMLO, de que el jefe de gobierno del DF, Ebrard, llevaría la propuesta de Clara ante la ALDF para sustituir a Juanito, todavía no se da. Y parece difícil que ocurra, porque Marcelo se vería mal obedeciendo órdenes de AMLO, para cumplir acuerdos de partido que sólo impactan al gobierno. Menos porque está de por medio la voluntad ciudadana.
Desde el triunfo del PT, el PRD se aceleró por la disputa de Iztapalapa, y Jesús Ortega hizo hasta lo imposible para expulsar a Obrador del PRD. En automático, por llamar a votar por otro partido. En el fondo Chucho le teme a El Peje por el arrastre que tiene con la gente. Y Jesús Ortega quiere ser el presidenciable por el PRD. Y más se molestaron Los Chuchos cuando Obrador anunció su interés de competir por la presidencia en el 2012. Y Jesús no lo permitirá. Pero El Peje va por el PT. Y Chucho iría por el PRD, si es que llega.
En los eventos donde se han presentado juntos, Juanito y Clara, no queda claro cómo le harán para empatar o destrabar la cuestión. Por un lado Juanito no quiere soltar la demarcación. Por otro, Clara no sabe qué hacer ni cómo convencer. Acosta Naranjo se siente seguro porque “yo soy el jefe delegacional”. Ahora quiere que Marcelo lo busque para ceder la estafeta. Pero no es tan fácil y él lo sabe.
Lo último es que Juanito solicita a Clara la firma de un compromiso en el sentido que la mitad de los espacios de gobierno en Iztapalapa sean para los petistas. Falta que dicha condición sea aceptada por Clara. Pero es más un gancho de Juanito, un artilugio. De no cumplir Clara el compromiso del 50 porcentual y firmada ante notario público, Juanito se quedaría los tres años que le tocan. Esa condición surgió apenas ayer cuando se conformó la Comisión de Transición del gobierno. La instancia que opera la entrega-recepción de la administración delegacional.
De aceptar Clara la petición de la mitad de los espacios de gobierno, beneficiaría de todas maneras a los militantes del PT en la demarcación. Pero es más que seguro que al PT no le conviene soltar una delegación importantísima. Alberto Anaya no puede desaprovechar la oportunidad de gobernar un espacio en el DF. Y lo más seguro es que Juanito se quede.
En esta jugada de ajedrez, Juanito ganó y Silvia y Clara perdieron; el PRD y Chucho perdieron y el PT y El Peje ganaron. Marcelo quedó en medio y los ciudadanos también. Los militantes extraviados, entre el PRD y el PT. Definición del pasado y del presente. A ver qué pasa después.
20/agosto/2009.
jueves, 24 de diciembre de 2009
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