Para efecto de eludir la actual crisis económica no bastan las declaraciones de funcionarios, incluso tratándose del propio Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa.
Como si fuese una cuestión meramente estacional, el titular del Ejecutivo se ha ganado la crítica severa de miembros del poder Legislativo y de otros sectores como el empresarial, por su excedido optimismo al afirmar que la crisis será superada en el verano próximo, cuando la realidad dicta cosas muy distintas.
Y si viene es cierto que la inversión pública en materia de infraestructura es fundamental para impulsar el crecimiento, el desarrollo de la economía; eso no basta. Como también han resultado insuficientes las medidas de política restrictivas aplicadas desde que reinan en el país las imposiciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
Ni las privatizaciones de las empresas otrora del Estado, ni la estabilización forzada de la economía con medidas como el control de las principales variables han sido oportunas. Mucho menos cuando el país recibe los coletazos como consecuencia de la crisis que padece el vecino del norte, Estados Unidos, ni la recesión de corte mundial.
Así que, con declaraciones ni siquiera se alimenta el optimismo porque las quejas entre algunos de los sectores económicos abundan. Los comerciantes de centros de abasto, por ejemplo, aluden al creciente desempleo y a la reducción del consumo.
Y los datos no engañan. A septiembre del 2008, para ejemplificar, más del 4.25 por ciento de la PEA estaba desocupada. Lo que no se veía desde 2005. Por si fuera insuficiente, y dado que no se han tomado las acciones integrales pertinentes, a diciembre del 2008 al trimestre siguiente, el mismo aumentó al 4.32 por ciento. Lo que significa que un millón 922 mil 596 no pudieron colocarse. Y al último trimestre de la medición, la desocupación creció en 18.9 puntos porcentuales, respecto al mismo periodo, lo que implican 637 mil 515 sin trabajo.
Es más, sobre el mismo tema el propio subsecretario de Hacienda Alejandro Werner, dijo ayer que la economía tendrá crecimiento nulo, o retroceso del uno porcentual. Medida que se traduce en una pérdida de al menos 200 mil empleos. Ni las cifras ni las declaraciones de integrantes del propio gabinete engañan como el mismo Calderón. Y la ANTAD informa que las ventas de enero pasado, verbigracia, se redujeron en 25 mil 400 millones de pesos, en comparación con diciembre del año pasado que crecieron en 90 mil 300 millones.
Sólo el CEESP, organismo empresarial, está chapado a la antigua. Aunque reconoce el desempleo y el deterioro de variable como el consumo, las exportaciones, los servicios, y el debilitamiento en general de la economía; asegura que la crisis responde a la incapacidad para instrumentar las reformas estructurales, como la reforma fiscal, la educativa, la laboral y la energética. Además de atender la rendición de cuentas y la corrupción en muchos organismos del gobierno.
Bueno, también Coparmex señala que deben tomarse medidas anticrisis para dar confianza a la población y a los sectores económicos del país. Dejarse de discusiones y visiones catastrofistas, para pasar a la acción y atender las debilidades estructurales.
Calderón tendrá que asumir calificativos como los del poder Legislativo de soñador e irresponsable, en tanto no ponga los pies en la tierra.
16/febrero/2009.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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