El regreso a clases de los niños en las escuelas de educación primaria y secundaria, principalmente, es síntoma de que todo está volviendo a la normalidad en todo el país. El temor por el virus de la influenza parece estar llegando a su fin, no obstante que las medidas de seguridad deben continuar. Tanto la población en general, como los niños en especial, todavía deberán usar su cubrebocas, así en el trayecto de sus casas a las escuelas, con especial cuidado en los medios de transporte multitudinarios como el Metro —en el caso de la Ciudad de México—, al igual que en los lugares concurridos, como sucede en los salones de clase.
Las reservas para cuando todavía se presentan síntomas de gripe, de cualquier tipo, es responsabilidad de los padres de familia cuya decisión impedirá que algún pequeño portador de virus no acuda si posee algún síntoma que afecte a sus compañeritos. Los padres son el primer filtro, como bien lo ha señalado el secretario de la SEP, Alonso Lujambio.
Habría que ver a los niños en la mañana acudir a sus colegios, para detectar las ansias de volver a mirar a sus compañeros y amigos de la misma edad, y para compartir su tiempo de aprendizaje con sus profesores. De los maestros depende que los niños de todos los niveles escolares recuperen los tiempos perdidos por el descanso forzado de no asistir a clases; así como de evitarles el miedo que les generó la ausencia repentina de sus colegios. Con explicaciones, y no alentando más temores.
Por lo demás, fue el propio Lujambio quien admitió que no es ni precipitado ni riesgoso el retorno a clases en la educación elemental, y que se trata de una medida correcta, ya que tras la emergencia sanitaria de días anteriores que estuvieron ausentes de sus colegios cerca de tres semanas, ahora es tiempo de retomar el rumbo educativo.
No obstante la medida anunciada por Lujambio, todavía ocho entidades del país no la acataron y, en cambio regresarán hasta el día 18 del mismo mayo, ocho días más. Se trata de los estados de San Luis Potosí, Michoacán (lo hará este mismo martes), Chiapas, Jalisco, Hidalgo, Zacatecas, Guerrero y Nayarit. En total, estos estados representan el 20 por ciento total de los 20 millones de niños de la educación básica.
Ahora bien, suponiendo sin conceder que se estén tomando las medidas de sanidad pertinentes, con el lavado a fondo y desinfección de los espacios escolares, con la participación de los padres de familia, las carencias que en materia de infraestructura tienen muchas escuelas dan para plantar muchas dudas.
Es tema que las casi 40 mil escuelas en el país, equivalente al 20 por ciento de las 195 mil planteles que existen, que carecen de agua entubada. Y en esas condiciones ¿cómo prevenir los posibles contagios si los niños no pueden siquiera lavarse las manos, como una de las previsiones elementales?, ¿con qué agua y jabón?
En esas condiciones los escolares carecen, de entrada, de las mínimas condiciones para la higiene y su propia seguridad. Ahora bien. Es tiempo de que funcionen; más bien que dejen funcionar a los comités de padres de familia, o como se les llame. Porque siempre se parlotea desde la autoridad que los padres organizadamente deberían acudir a las escuelas e involucrarse más en la educación de sus propios hijos, pero eso no pasa de los buenos propósitos. La verdad es que a los padres de familia —organizados o no—, siempre se les impide colaborar, salvo para los días de alguna festividad, y se les niega intervenir en la planeación de los programas de estudio. Pero ni siquiera se les permite opinar sobre las mismas clases de los profesores, siendo que muchas dejan qué desear.
Porque igualmente, tantos profesores no tienen la preparación y actualización necesaria para estar al frente como responsable de grupo. Sin olvidar que la propia Secretaría de Educación Pública no brinda los elementos suficientes a los tutores para que la educación obtenga mejores niveles de aprendizaje. Por eso cuando llegan mediciones, como las que aplica la OCDE con el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PIRE), los calificados salen demasiado bajos. Como se ve, tras la influenza saltan un montón de ineficiencias del Estado en materia educativa. Hay que cuidarse de los virus de afuera, tanto como de los virus de adentro.
11/mayo/2009.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
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