miércoles, 23 de diciembre de 2009

Pornografía infantil

Uno de esos temas lacerantes que afectan e indignan a la sociedad, es el que denunció ayer en portada De Nuevo El Día, no tanto por hace eco de las palabras de la diputada aliancista, Silvia Luna —con intenciones claramente electoreras—, sino porque lamentablemente está presente y afecta a uno de los sectores más vulnerables de nuestra, y de cualquier otra, sociedad: la niñez.
La vileza con la que se conducen aquellos adultos que padecen algún tipo de trastorno mental, acompañado de, por lo menos, un cierto complejo de inferioridad —porque no se puede explicar de otro modo este tipo de comportamiento—, no debe seguir siendo ignorado por las leyes. O al menos, no debe ser visto con esa indiferencia tal que los culpables permanecen impunes y haciendo de las suyas entre la sociedad.
Quienes abusan de los infantes, niñas y niños (sin alusión alguna a la expresión vulgar del expresidente Vicente Fox, haciendo a un lado la referencia genérica, en cualquier caso), no sólo atentan contra la integridad de los implicados menores de edad, sino que también alimentan uno de los crímenes más crueles de las bandas organizadas que se dedican a lucrar con la inocencia.
Bien se difunde, y reconoce socialmente, que uno de los peores riesgos en los que se encuentran los niños, pero particularmente las niñas, es dentro del propio hogar, porque son —no tanto los padres, no obstante también se da— los familiares cercanos —tíos o algún otro pariente cercano— aquellos que más abusan de los inocentes al grado de ultrajarlos y denigrar su integridad, y la propia seguridad porque ponen en riesgo sus vidas.
La preocupación de la denuncia de la diputada de Nuevo Alianza, va en el sentido de recordar que México es el segundo productor de pornografía infantil —un señalamiento que no es de ahora—, pese a que la tenencia o posesión de este tipo de material está sancionado por las leyes. No obstante, también, la flexibilidad de dichas leyes que no persiguen como se debe el tipo de ilícitos por estas acciones ilegales e indignas para cualquier persona con un mínimo de claridad mental y compromiso social.
El centro de las denuncias radica en la presencia de material pornográfico en fotografías, negativos, dibujos, películas, videos, archivos, y en discos de computadora; y pese a los reportes periodísticos, los informes y todos los estudios al respecto, no se actúa con la contundencia jurídica que se requiere. Hay lagunas en las leyes, ese es uno de los principales problemas; el otro es que los delitos no se persiguen a falta de las denuncias pertinentes.
Por eso el exhorto a los congresos de los estados, para la elaboración de los marcos jurídicos acordes con las leyes federales, y aquellos instrumentos internacionales específicos para combatir la explotación sexual y el comercio infantil en los menores de edad. Detener a las bandas de criminales que se dedican a la grabación, venta y comercio de este tipo de ilícitos.
El caso de internet es significativo, pues hay una buena cantidad de sitios al respecto, que explotan la pornografía infantil. Tan sólo en 2004 se contabilizaron 72 mil sitios de pornografía sexual, contra la cifra de 100 mil páginas detectadas para el 2006, sin contar con aquellas páginas que tienen sitios de acceso limitado o escondido, pero igual se dedican a este tipo de actos criminales.
Tan sólo apuntemos que en el caso de la Policía Cibernética de México, para el año 2003 había clasificado imágenes de pornografía infantil en cuatro rangos: de cero a cuatro años; de cuatro a ocho años; de ocho a 12 y de 12 a 17 años, como los lugares de predominio de las imágenes pornográficas.
En el caso de la ciudad de México, por ejemplo, hay sitios como Tepito y La Merced, donde se comercializa con todo el descaro la venta ilegal de películas, u otros tipos de productos que denuncian directamente a los involucrados.
Es la magnitud del delito lo que coloca a este tema como de interés primordial, además que los involucrados son los niños, a quienes se atenta contra sus más elementales derechos humanos. Aparte lo referente a la urgente necesidad de actualizar la legislación para proteger a la infancia, a los niños y a las niñas, afectados.

10/mayo/2009.

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