lunes, 21 de diciembre de 2009

Narcocampañas

Los focos rojos están encendidos para las campañas electorales que se avecinan en este año 2009. Atrás quedó el cuidar la jornada electoral del fraude mediante las tradicionales trampas del acarreo, la urna embarazada, el ratón loco, el robo de urna, la compa del voto, la credencial a cambio de despensas, etcétera. Los peligros ahora son mayores y más costosos.
Y el llamado de alerta es no sólo para el órgano encargado de preparar las elecciones intermedias, el Instituto Federal Electoral, lo es también para la secretaría de Hacienda, el CISEN y la Procuraduría General de la República.
Desde que el Presidente Felipe Calderón declaró la guerra contra el narcotráfico en el país, para lo cual sacó al Ejército de sus cuarteles y lo lanzó a las calles para iniciar las pesquisas, los peligros crecieron porque se desató la inseguridad y la violencia entre integrantes de los cárteles y en contra de la sociedad.
Desde luego que el problema no es nuevo. Valga un ejemplo. En su momento, el entonces gobernador del Estado de México, Arturo Montiel Rojas, fue investigado por las procuradurías mexiquense y la PGR por enriquecimiento ilícito. La primera la encabezó Alfonso Navarrete Prida, quien resolvió que no había delitos que perseguir. La dependencia federal, en cambio, dejó la investigación en reserva y no ha sido cerrada. El hecho es que Montiel no pudo comprobar el ingreso de las millonarias cuentas bancarias a nombre de su esposa y uno de sus hijos, dinero que pudo ingresar desde la campaña. Con todo y que Navarrete determinó el no ejercicio de la acción penal, Montiel quedó en entredicho. Los posibles nexos con el cártel del Golfo de Osiel Cárdenas se asomaron desde el fondo.
Hoy más que nunca, son reales las posibilidades de que se registren para competir candidatos procedentes de las redes del narcotráfico, con el fin de representar sus intereses o, simplemente, infiltrar a los poderes federales y/o locales para prevenir posibles ataques a sus ilícitas actividades.
Así lo denuncia y reconoce el propio presidente en turno de la Mesa Directiva, César Duarte Jáquez: Existe el riesgo de que en la próxima legislatura lleguen representantes populares al servicio del narcotráfico.
Es decir, la situación rebasó ya la simple compra de protección, desde que los narcotraficantes contrataron asesinos a sueldo como los Zetas, sicarios del Cártel del Golfo, o los kaibiles guatemaltecos que en su momento contrató el cártel de Sinaloa de El Chapo Guzmán.
Y los partidos políticos son el primer filtro que tendrían que pasar dichos personajes, a fin de presentarse tanto a realizar una campaña como a enlistarse para las plurinominales, como sería el caso de los candidatos a la Cámara de Diputados.
Los riesgos están presentes. Recordemos que para estas elecciones habrá 500 nuevos diputados, seis gubernaturas, presidentes municipales, diputados locales en más de cinco entidades del país.
No esperemos un problema mayúsculo como el que le ocurrió a los colombianos entre las décadas de los 70 y 80. La sociedad no está para pagar los platos rotos. No obstante los señalamientos del presidente Felipe Calderón, que como sociedad se hayan dejado crecer los actos de violencia del narco y su infiltración de autoridades.

14/febrero/2009.

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