lunes, 21 de diciembre de 2009

Inseguridad vs. corrupción

Como otras tantas buenas noticias, igualmente muchas de las malas nos llegan de afuera.
Ahora le tocó a la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE), organismo dependiente de Naciones Unidas, señalar algunos de los efectos que se generan en México con los elevados índices de corrupción.
El problema le pega al combate al narcotráfico, merced a la infiltración de las policías y el gobierno, motivo que ha generado violencia extrema entre los cárteles de la droga (los cientos de muertos regados en buena parte del país) que se disputan el territorio por donde fluyen los cargamentos, y los mercados donde se distribuye, a la vez que contra las fuerzas del orden que los combaten, especialmente las policías estatales, municipales y el Ejército.
Así lo afirma desde Viena, Austria, el organismo, JIFE, en su informe anual, señalando a la vez que éste se ha constituido en la peor amenaza para América del Norte.
No obstante, para ser equilibrados en el análisis, de igual modo que la institución de la ONU menciona a México y sus elevados índices de corrupción como causantes de la violencia, igualmente debía indicar los elevados niveles de consumo que proliferan en la sociedad estadounidense que demanda los estupefacientes. No se ve por dónde, lamentablemente, los patrones de consumo de los vecinos del norte estén cambiando hacia la compra de droga controlada bajo receta, como lo presume dicho organismo, porque de ser así caería la demanda y ésta sigue igual; mucho menos un combate de frente al narcotráfico de casa, porque en EU no se perdigue a los involucrados.
Y ese es realmente el origen del problema, no sólo el de la producción y el traslado de los sitios de fabricación, elaboración o cultivo en México u algún otro país centro o sudamericano.
La pugna entre los cárteles es originado más por las millonarias ganancias que representa para los barones de la droga, que por la corrupción de los organismos policiales que los combaten, no obstante ciertos funcionarios de gobierno intervienen bajo soborno, soterrada o indirectamente, protegiendo u otorgando información confidencial a los narcotraficantes.
No obstante que el nexo entre narcotráfico y corrupción no es tan claro, debe reconocerse que los niveles de esta última no son menores porque a pesar de la crisis los índices no descienden, según los reportes de diversos organismos dedicados a sondear dicha corrupción.
Porque según Transparencia Mexicana, por ejemplo, los mexicanos invierten 27 millones de pesos en actos de corrupción, para un promedio equivalente al 8% del ingreso total de las familias (una medición para el 2007), algo regresivo para el ingreso de los más pobres.
Los niveles de corrupción son constantes, según las últimas mediciones de Transparencia: el índice alcanzó 10.6 puntos en 2001, similar a 10.1 puntos de 2005 y muy parecido al 10.0 de 2007, el año más reciente calibrado.
Situación que debe atenderse vía una perspectiva integral de políticas públicas y educativas, y acciones privadas que generen cambios concretos, tanto al marco institucional como a la cultura de la legalidad que trascienda la sociedad en su conjunto.

19/febrero/2009.

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