El anuncio intempestivo el jueves al filo de las 23:00 horas, por parte del secretario de Salud, José Ángel Córdova —acompañado por el secretario de Salud del Gobierno de Distrito Federal, Armando Ahued Ortega y el encargado de despacho de la secretaría de Salud del Estado de México, Roberto Martínez Poblete—, luego de una reunión con el Presidente Felipe Calderón Hinojosa en Los Pinos, de suspender clases en el Distrito Federal y el Estado de México, desde preescolar hasta universidades —particulares y públicas—, fue una medida acertada pero que al mismo tiempo causó desconcierto entre la población. El principal, fue la hora en que se dio a conocer por los medios de comunicación, y muchas madres no se enteraron y asistieron como cualquier día normal a las escuelas a llevar a sus niños.
La causa justifica la decisión tomada: el brote de influenza en estas entidades, por su rápida transmisión y hasta peligrosidad obliga a estas —y posiblemente otras— medidas de prevención. El Valle de México, que cuenta con una población de 20 millones de personas es donde se ha presentado el mayor número de casos. El gobierno reconoce al menos 20 personas que han muerto por influenza durante las últimas tres semanas, 13 de ellas confirmadas en el DF. Pero el total de casos supera los 800, según los cálculos oficiales y ratificados por laboratorios de Estados Unidos.
La sintomatología puede confundirse con gripes comunes, no porque manifieste otras molestias. Pero según el propio secretario de Salud, recomendó cuidarse “en caso de presentar un cuadro de fiebre alta de manera repentina, tos, dolor de cabeza, muscular y de articulaciones, se deberá aducir de inmediato a su médico o a su unidad de salud”.
Para evitar la forma de contagio, la recomendación es alejarse de aquellas personas que tengan alguna infección respiratoria, lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, no saludarse de beso, no compartir alimentos, vasos o cubiertos, ventilar lugares como casas y oficinas, y evitar lugares cerrados, mantener limpios lugares como cocina, baños y otros objetos de uso común. Entre otras medidas preventivas.
¿De qué enfermedad estamos hablando? De una enfermedad contagiosa viral que ataca a cualquier edad vía el sistema respiratorio, razón por la cual se transmite por contacto de persona a persona a través de secreciones al toser o estornudar, o mediante objetos contaminados. Dado que el periodo de incubación es de dos días, pero puede variar hasta 5, el paciente es infectado 24 o 48 horas antes de mostrar síntomas. Es la razón por la cual tan pronto haya molestias se debe acudir de inmediato para recibir algún tratamiento y no aplicar la automedicación que, casi siempre, resulta más perjudicial que el propio mal.
No obstante son importantes las medidas preventivas anunciadas por el sector salud de México, debía ampliar la información sobre los riesgos de la infección. Por ejemplo, que la vacuna ayuda, pero que el virus es mutante, porque la composición, como dijo el Centro de Control de Enfermedades (CCE) de Estados Unidos, es una combinación no vista antes de virus comunes entre cerdos, aves y humanos; sin embargo, los siete pacientes en EU se han recuperado. “Es la primera vez que vimos una cepa aviar, dos cepas porcinas y una cepa humana”, dijo un portavoz del CCE. Y la institución ratificó lo dicho en México por Salud: “Determinamos que este virus es contagioso y se está diseminando de humanos a humanos”, sin embargo hasta el momento no se ha determinado con qué facilidad se contagia el virus entre la gente. Como tampoco si todas las personas que ya padecen (800) son por la influenza. Lo mejor son las medidas preventivas. Sólo falta que tengan los resultados esperados por el bien de la salud de la población. El caso es que estamos en un problema de salud pública, y todavía no sabemos de qué tamaño.
24/abril/2009.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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