El transporte es un parte primordial de la realización del plusvalor de toda mercancía, porque en el proceso de la producción aparece como complemento de la etapa de circulación de dicha mercancía a efecto de ser colocada frente a los demandantes que aparecen en el mercado como comercializadores o como consumidores finales de la misma.
Proceso que forma parte del recorrido que describe todo producto que es elaborado dentro del esquema del capitalismo dominante, llámense países sub o desarrollados, imperialistas o globalizadores; no obstante la dinámica se haya corrido desde la gran industria hacia el sector de los servicios y desplazado otro tanto más hacia la computación y la tecnología digital en general.
Este es el punto de vista de la teoría marxista, que describe las facetas por las que pasa todo producto, cuando va desde el proceso de su producción como tal en una fábrica, o centro de trabajo, hasta el consumidor final, en una descripción que hasta ahora no ha sido descartada por ningún detractor de Marx, desde que salió a la luz por vez primera su obra fundamental El Capital.
La referencia es para valorar el asunto del transporte, por supuesto, en esa parte de su rol. El caso viene a colación porque casi siempre se desdeña el valor que le añade al producto final o a la mercancía como tal, en esa etapa final del ciclo de la circulación mercantil.
Pues sucede que ayer se movilizaron en el Distrito Federal y en 36 ciudades del país, cerca de ocho mil empresas del autotransporte agrupados en la Canacar (Cámara Nacional de Autotransporte de Carga), para protestar por el incremento al precio del diesel. La demanda no es inalcanzable. Sólo piden que el combustible se cotice en 5.44 pesos; un precio similar al de 2008, por la simple y sencilla razón de que el incremento impacta en un 40 por ciento a la actividad del autotransporte, y en los precios del servicio en el corto plazo. No obstante es un sector que genera más de 100 mil fuentes de empleo, y del cual dependen unas cuatro millones de familias.
Otra de las demandas que plantearon los transportistas ante representantes en la Cámara de Diputados, porque llegaron hasta el recinto de San Lázaro para dar a conocer sus peticiones, consistió en que se suspenda la aplicación del IETU, el Impuesto Empresarial Tasa Única, hasta que la situación económica del país que les está pegando duro mejore. Petición a la que anexaron se impida la importación de vehículos usados, se reduzca en un 50 por ciento el costo de los peajes en las carreteras del país, y se combata eficientemente el robo en el sistema del transporte de carga.
Pese a que la presencia de los camiones y tráiler de carga resulta aparatosa en las calles de las ciudades, porque generan algunos problemas viales para los automovilistas en calles y avenidas por donde transitan, el aumento en el precio de los combustibles impacta tanto al sector como a los productos que trasladan, de los puntos de fabricación a los de distribución o venta final.
La aplicación del IETU y el incremento del diesel, es una dupla que castiga al sector del autotransporte de carga, y requiere solución inmediata. La petición tiene sustento.
24/febrero/2009.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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