Anteayer domingo, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) dio la sorpresa en su país al ganar las elecciones con el 51.27 por ciento de votos emitidos a favor de su candidato, el periodista y excorresponsal de CNN, Mauricio Funes, contra el 48.73 por ciento de Rodrigo Ávila, el aspirante de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
Con este triunfo del grupo exrebelde —confirmado con el escrutinio del 90 por ciento de las actas—, se pone fin a 20 años en el poder de la derecha que encabeza Arena, y el pueblo salvadoreño sale a las calles a celebrar el arribo de la izquierda en su país.
Los actos tumultuarios fueron la característica más sobresaliente de la campaña de Funes, porque la gente se volcó a escuchar sus discursos en cada punto de reunión durante 16 meses que duró, y ahora el propio Ávila ha reconocido que perdió la elección presidencial.
Pocos, incluso en México, creyeron que la voluntad suscrita en 1992 entre las partes en conflicto en los llamados Acuerdos de Paz de Chapultepec, de ese pequeño país centroamericano, dieran como resultado un cambio pacífico de estafeta como el que se está gestando ahora, a partir del triunfo histórico del FMLN.
País que ha padecido la violencia desde los años 30 del siglo XX, cuando unos 30 mil campesinos liderados por Farabundo Martí fueron masacrados por el Ejército, luego pasó por la cruda militar encabezada por varios dictadores que reprimieron, desaparecieron y hundieron a los salvadoreños en la extrema pobreza equiparada lamentablemente sólo con otro país de extremos: Haití.
Tan sólo en 1979 —o a partir de ese año y durante la década de los 80— entre la extrema derecha con los escuadrones de la muerte y la guerrilla, llevaron al país al desastre. Una escalada de violencia que degeneró en guerra civil, después del asesinato del cardenal Óscar Romero en 1980. Los grupos guerrilleros se unen y conforman entonces el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Son los años de los derechistas Napoleón Duarte y Alfredo Cristiani. En 1989 el FMLN lanza su última ofensiva. La Guerra Fría entre los dos bloques de la bipolaridad internacional que prevalece desde el fin de la Segunda Guerra mundial, está llegando a su término y con ello el temor del expansionismo soviético por parte de Estados Unidos.
Es en 1992, en México, cuando se firma el acuerdo entre las partes en conflicto en El Salvador para alcanzar la paz. Los primeros frutos saltan a la vista: el futuro de un pueblo que se debate desde hace décadas entre la marginación y la miseria, y que ha padecido la desaparición forzada y la arrolladora muerte de los escuadrones del mismo nombre, es historia.
Uno de los primeros planteamientos del ganador, Mauricio Funes, es que buscará el acercamiento con Barack Obama, el presidente demócrata de los Estados Unidos, que ha abierto la expectativa de nuevas relaciones con los países de América Latina. Buscará una relación con EU como Lula de Brasil, ha dicho Funes. Le preocupa la situación de los migrantes de su país, que hay muchos en el vecino de norte.
También redefinirá, seguramente, las relaciones comerciales con sus vecinos de Centroamérica y Latinoamérica en general. Particularmente con aquellos presidentes emanados de partidos de izquierda como el propio Lula de Brasil, Chávez de Venezuela, Evo de Ecuador,
A partir de ahora, con el ejercicio gubernamental de Funes, seguramente en El Salvador avanzará el proyecto del FMLN: el de la consolidación democrática, la modernización social, política y jurídica de un Estado otrora típicamente oligopólico y agroexportador bajo la directriz de EU. Las nuevas reglas deberán salir a flote ahora.
16/marzo/2009.
lunes, 21 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario