lunes, 21 de diciembre de 2009

Educación y crisis

Pese al panorama de crisis económica que se avecina, la educación superior sigue siendo pilar fundamental para sacar adelante al país y a los jóvenes que se preparan en las universidades, y en centros como el Instituto Politécnico Nacional.
Así quedó de manifiesto con sendos discursos y en eventos diferentes, por directivos del IPN, Enrique Villa Rivera, y de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, entre otros que ayer abordaron el tema.
Al recibir el doctorado Honoris Causa por una universidad nicaragüense, Enrique Villa recordó que en América Latina, al igual que en México, la crisis agravará las condiciones de vida de la población y se intensificarán la pobreza y la desigualdad social. Ante ello, sólo la educación se erige como posibilidad real de contrarrestar los efectos de la desestabilización económica, y contribuye a mantener una expectativa de futuro.
No obstante hace falta la aplicación de los mecanismos compensatorios suficientes en el futuro que contrarresten el impacto de la crisis actual. Como el sistema de becas que tiene hoy el IPN por 62 mil y deberá incrementar; un mecanismo que asegura la permanencia y egreso de los estudiantes en la institución.
Pero no sólo al Poli, dijo Villa, “a los sistemas nacionales de educación les corresponderá el importante papel de mantener la esperanza de que la preparación, el conocimiento y la capacitación, constituyen el único camino confiable para transitar hacia nuevas etapas en el desarrollo de cada país”.
Todavía subsiste un paradójico desafío: las nuevas generaciones de egresados se enfrentan a una economía que a la vez no produce el suficiente número de empleos, exige mayores niveles de preparación.
Hay un reto Latinoamericano más, y Villa ofreció datos: de las tres cuartas partes del total de egresados en el nivel superior se encuentran en Brasil, México, Argentina, Venezuela, Colombia y Perú. El resto de países está en peores circunstancias. No obstante los datos arrojan aumento en aquellos países, con respecto a matrícula. De 7.5 millones de estudiantes en 1994; 11.3 en 2000; 13.8 en 2003; 15 en 2005, en 2008 llegan a 18.3 millones.
En otras palabras, según el balance del director del IPN, el sistema educativo y la preparación de los jóvenes se incrementa, en tanto las condiciones económicas amenazan afectar la educación superior, salvo que las dichas políticas compensatorias se incrementen.
También José Narro Robles, rector de la UNAM, pero en el marco de la Entrega del Premio Nacional de Ciencia y Artes 2008, ofreció sus puntos de vista. Es necesario encontrar las medidas para salir fortalecidos y encontrar el rumbo en el desarrollo de país. Y, en medio de la crisis, la educación pública es la solución. En la medida que el país invierta en desarrollo científico y tecnológico, si desdeñar las humanidades, vamos a salir mejor de la situación actual. “Sin estos elementos, dijo Narro, que a veces a algunos les parecen prescindibles, el mundo sería terrible.
En el mismo tenor, el director de la Academia Nacional de la Lengua, José Moreno de Alba, afirmó que no existe otra vía para el desarrollo y la prosperidad que una buena educación pública. Y porque un pueblo educado es un pueblo libre.
Pero hay que crear las condiciones, pues hablando de los egresados y del mercado laboral, no hay que perder de vista que la falta de oportunidades genera una de las amenazas más frecuentes y costosas de México y Latinoamérica: la fuga de cerebros.

4/marzo/2009.

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