Miguel de la Madrid destapó la cloaca. Si bien las declaraciones que hizo el expresidente en entrevista con la periodista Carmen Aristegui para radio en MVS, aparecen en el escenario político del país como uno más de los escándalos que por costumbre brotan de vez en vez y llenan las planas de los diarios con algún fin, y para alimentar el morbo público y así olvidarse del pasado inmediato —hoy pareciera que nadie se acuerda de la influenza, por ejemplo—, tienen un trasfondo más allá de lo circunstancial.
Han sido tales las implicaciones a la familia de los Salinas en actos de corrupción desde el poder presidencial en la persona del expresidente Carlos Salinas, y Raúl, el “hermano incómodo”, sobre el enriquecimiento inexplicable, sus nexos con el narcotráfico y el asesinato del cuñado José Francisco Ruiz Massieu, entre otros ilícitos, que las reacciones no se hicieron esperar para tapar a toda costa lo dicho por el expresidente De la Madrid. Pero es como tapar el sol con un dedo.
Pero incluso despierta la suspicacia el hecho mismo del autodesmentido. Se presume que el propio Carlos Salinas presionó a De la Madrid para que se desdijera. Y en la carta del deslinde, firmada por el expresidente Salinas, no lo baja de demente; que tiene un mal degenerativo que le causa senilidad prematura; que carece de sus facultades mentales; que le falta oxigeno al cerebro; etcétera. Casi un retrasado mental que no sabe lo que dice.
No obstante, como se defiende Aristegui, nada se hizo en contra de su voluntad. La entrevista se hizo, “con un hombre que estaba dispuesto a estar ahí, con el tiempo, el talante y la claridad suficiente para dejar asentado lo que piensa y lo que sabe sobre la familia Salinas de Gortari”.
¿Porqué es tan dura la reacción, entonces? ¿Porque vale o porque no vale lo que dijo? Fue porque dio en el blanco. Porque lo que declaró lo sabe todo el mundo; es verdad, pero pesa que lo haya señalado el antecesor, el hombre al que Salinas le debe la designación como el candidato para sucederlo. ¡Que Miguel no tiene los elementos, porque lo que dice ya estuvo fuera de su alcance, como presidente retirado, porque “carece de la información directa sobre ellos (como reviró Salinas)! Que, como dijo Raúl, él fue exculpado de todas las acusaciones, no obstante —acusado por 50— permaneció 10 años de cárcel. Pero el juicio generalizado es que Salinas está juzgado por la historia. Y el hermano Raúl también.
Aquí vale cuestionar, es verdad que estamos en la antesala de la elección del 5 de julio, las elecciones intermedias para renovar la Cámara de Diputados. Eso significa que quien gane la Cámara dominará el Congreso. El partido que obtenga la mayoría de las curules tendrá el control de los siguientes tres años, los previos a la elección presidencial del 2012. ES decir, lo que realmente está en juego es la elección presidencial siguiente.
Y, como sabemos, terreno propicio para la pugna entre partidos. Son los tiempos de la guerra sucia. Tanto al interior como entre ellos mismos.
Pero, ¿será que las declaraciones de Miguel de la Madrid esconde el golpeteo contra Carlos Salinas? Sin duda. ¿Pero, para qué?, para debilitarlo o quitarle fuerza para que no siga interviniendo más en la designación de candidaturas. Principalmente debilitarlo ante la presidencial del 2012. La selección del candidato, pues.
Pero ¿será que Salinas sigue siendo tan poderoso que todavía interviene en la vida interna del PRI, al grado de convertirlo en el blanco al que hay que golpear para sacarlo de las jugadas, de una vez por todas? Vaya si lo es, porque tiene muchos de los hilos de la política y los recursos suficientes para controlar muchas cosas, y definiciones.
Podrá dudarse. No obstante, lo que es verdad es que el PAN no la tiene fácil de cara a la elección intermedia. Y está dispuesto a todo para no perder. Pero el PRI tampoco. Sólo que es quien tiene las mayores posibilidades. Ya sea porque el PAN se ha debilitado en el ejercicio del poder. Ya porque los panistas han demostrado que no saben hacer las cosas, desde el sexenio de Fox. Y porque el PRI sostiene a toda costa su estructura partidista en el territorio nacional, y las encuestas va por arriba del PAN.
Entonces no hay de otra: el objetivo que está oculto tras las declaraciones de De la Madrid son claras: Sacar a Salinas de la jugada. Y es le interesa tanto al PAN, como al propio PRI. ¿Quién o quiénes están detrás? Eso está por verse. Pero en política nada es de gratis.
14/mayo/2009.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
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