Hillary Clinton, la secretaria de Estado de los Estados Unidos, llegó a México a poner su mejor cara, pero cumpliendo su papel y con una estrategia bien definida: convencer a los mexicanos de que su país es “corresponsable” con el presidente Felipe Calderón en la lucha contra el narcotráfico y crimen organizado, y que emprenderá acciones de ayuda y colaboración.
Pero bajo ese matiz se escabulle otra verdad. EU tomará sus propias medidas, aún a costa de México, porque se acabó la guerra contra el terrorismo internacional de Bush, pero llegó la lucha a toda costa por la seguridad nacional de Barack Obama.
La secretaria de Estado, Hillary, llegó con el guante blanco, pero con la mano dura; no obstante intentó suavizar el terreno para que Obama pise en firme cuando llegue a México. Del resto se encargarán Janet Napolitano, de Departamento de Seguridad, y Eric Holder, el secretario de Justicia, que no tardan en llegar también.
México está haciendo el mejor esfuerzo en la lucha contra el narcotráfico y derrotar “a un enemigo que está cometiendo violencia”, ha reconocido la secretaria de Estado. Y para ello, según Clinton, EU apoyará con recursos adicionales por 80 mdd para adquirir helicópteros Black Hawk y apuntalar la guerra antinarco, y destinar 720 mdd para modernizar “los cruces fronterizos”. Además de un equipo de trabajo conjunto de funcionarios de ambos países para delinear estrategias contra el crimen organizado en ambos lados de la frontera.
Es decir, acciones todas para “apoyar” a México, sin ningún compromiso expreso para emprender acciones antinarco del otro lado de la frontera. Pero eso sí, con su buena cara Hillary visitó instalaciones de la SSP y acudió a la Basílica de Guadalupe, como señal de buena voluntad. Pero nada más.
Del endurecimiento de la estrategia de acción contra México, quienes están delineando los planteamientos que hará el presidente Obama en su primera visita a un país de Latinoamérica, son Napolitano y Holder.
En declaraciones anticipadas, Janet Napolitano, ha señalado que la violencia en México es un asunto “significativo” de seguridad nacional para su país, porque los carteles de la droga son una “amenaza existencial”. Y, aunque presume que no hay una decisión final sobre el envío de elementos de la Guardia Nacional a la frontera, finalmente acepta el despliegue de casi 500 agentes federales, y personal de apoyo logístico para combatir al narcotráfico al sur de su frontera.
Y otro apoyo desde EU, el de senador Joe Lieberman, asegura que se requieren unos 250 mdd adicionales para a contratar mil 600 agentes fronterizos; además pedirán en el Senado 50 mdd para protección del sur; otros 50 mdd para aduanas y 35 para combatir el tráfico de personas.
Y las sorpresas que faltan todavía. Entre tanto, es el asunto de la seguridad nacional la nueva prioridad de EU para el mundo, y el plan piloto lo representa México, con el combate a las bandas del crimen organizado.
Pero está latente el peligro de la militarización de la frontera para inhibir la entrada de la droga y con ello impedir el flujo de migrantes. Es el otro muro humano, el de miles de millones de ojos que estarán expectantes para impedir el paso; los ojos no serán sólo humanos, también electrónicos porque se usará alta tecnología para vigilar y controlar el “paso del norte”.
En otras palabras, la posibilidad de llegar a un acuerdo en materia de migración se aleja más. Difícil será para aquellos mexicanos que en tiempos de crisis económica buscan, entre las alternativas de empleo, un ingreso dejando ahora a sus familias para aventurarse hacia EU.
Cuando llegue, Barack Obama abordará los problemas que más preocupan a EU: la seguridad nacional en primer lugar, pero quedarán fuera otros temas de la agenda mexicana. La agenda bilateral no existe.
26/marzo/2009.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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