Chicontepec, el pastel

Primero, el tamaño del pastel. El Paleocanal de Chicontepec es un yacimiento de una extensión de 3 mil 875 kilómetros cuadrados (equivalente al territorio del estado de Tlaxcala), que fue descubierto en 1926 y está ubicado en una zona que comprende los estados de Veracruz y Puebla, territorio donde asientan unos 14 municipios, y cuenta con reservas por ¡139 mil millones de barriles! de petróleo crudo, 3.8 veces superior a Cantarell, según certificación de las empresas norteamericanas Goyler & McNaughton, Neterland & Sewell y Ryder Scott.
Distribuido en 29 campos, conserva un volumen equivalente a la mitad de las reservas probadas de Arabia Saudita, al 78 por ciento de las reservas de Canadá, y son iguales a las de Irán, que corresponden a los tres primeros países con las mayores reservas petroleras del mundo. Resultado: la autosuficiencia petrolera de México para, al menos, los próximos 20 años.
Los datos son del director de Pemex Exploración y Producción, Carlos Morales Gil, y la paraestatal estaría proyectando extraer de los 29 campos de Chicontepec alrededor de 6 mil 261 millones de barriles de petróleo crudo y 14 billones 335 mil millones de pies cúbicos en los siguientes 15 años. Lo anterior se conseguiría de 17 mil pozos, para unos mil en promedio por año, tratando de “prolongar el periodo de vida de los pozos y del mismo yacimiento”, dice Morales.
Según los datos de Pemex, por sectores el que más hidrocarburos encierra es el siete, en los campos de Agua Fría, Coapechaca, Tajín y Corralillo, que en conjunto aportarán mil 196 millones de barriles de petróleo crudo y dos billones 578 mil millones de pies cúbicos de gas. Y por campo, el que más reserva tiene es el Humapa, con 556 millones de barriles de petróleo y un billón 301 mil millones de pies cúbicos de gas.
Con todo y que Chicontepec exigirá durante los siguientes 30 años inversiones por 30 mil millones de dólares, según el propio Carlos Morales, dada su magnitud, las reservas aportarán ingresos a Pemex por el orden de 2 billones 116 mil millones de pesos.
Entre los invitados a la fiesta están las propias empresas norteamericanas; o, dicho de otra manera, Pemex tiene como asistentes de cabecera a las exploradoras de Estados Unidos, del vecino estado de Texas. Y, según el dato dado a conocer apenas ayer por la paraestatal, el premio es para Weatherford de México, filial de la texana Weatherford International que se dedica a la fabricación de material de exploración petrolera. Dicha empresa ganó un contrato valorado en más de 646 millones de dólares para perforar y terminar 500 pozos petroleros en Chicontepec con el aval de Pemex.
Sin importar las dificultades, pues si bien la roca de Cantarell suelta fácilmente el tesoro que encierra, las características geológicas “irreductibles” de Chicontepec es porque tiene pequeños poros, y una gran cantidad de petróleo embarrado en las rocas. Por eso la especialidad calificada del cliente, puesto que se requieren múltiples perforaciones para apropiarse del oro negro. No obstante el asunto no termina en la extracción, porque además estás las actividades complementarias, como son el transporte del crudo, el almacenamiento, la infraestructura carretera, los oleoductos, etcétera.
El caso es que Weatherford de México presentó la “mejor propuesta técnica y económica” (Pemex) y ganó la licitación correspondiente de entre 24 empresas concursantes, y tiene entre el 15 de abril y el 14 de julio del 2012; es decir, mil 187 días para terminar las obras. Lo que representa una licitación de contratos por Pemex en un valor de 7 mil 350 millones de dólares en lo que va del 2009. Y la meta de la paraestatal es extraer de Chicontepec, entre 600 mil y 700 mil barriles de crudo diarios. Nada Más.
Ahora se ve porqué la urgencia de Calderón de apurar las reformas a Pemex desde el Congreso de la Unión. Y los excluidos, finalmente, serán los mexicanos cuyos posibles beneficios estarán, antes que todo, en manos de una petrolera texana.

30/marzo/2009.