La crisis del sistema financiero global comienza a sentirse en todo su furor, y está llegando inevitablemente a México desde el principal mercado de las finanzas del mundo, el vecino de norte: los Estados Unidos de Norteamérica.
Los antecedentes de dicha crisis enraizaron, como sabemos, desde el año 2000 cuando estalló la burbuja del furor accionario tecnológico, que ocasionó caídas en el mercado bursátil y llevó a la economía estadounidense a una primera ola recesiva.
La reacción de la Reserva Federal encabezada por Alan Greenspan fue bajar las tasas de referencia entre el 2000 de un 6,23 por ciento, hasta el 1,35 porcentual en el 2004. Eso trajo como consecuencia una ola expansiva del crédito al consumo, con bajas tasas, de tal modo que se incrementó la demanda de inmuebles y otras propiedades entre los estadounidenses.
El manejo de las hipotecas se deterioró. Con ello, los valores en manos de los bancos inflaron cifras; pero estas comenzaron a caer por la incapacidad de pago de los deudores. Vino el aumento de las tasas de referencia de la FED. Dichas tasas impactaron tanto los precios de los inmuebles como el pago de cuotas. Por eso se disparan las tasas de las hipotecas, pero bajan las propiedades y se devalúan los títulos.
Así, desde mediados del 2007 en EU, por las deudas de hipotecas de dudoso pago, es que ahora los mercados sufren una de las mayores crisis financieras internacionales desde la gran depresión de 1929.
Ahora, el costo del impacto de la crisis entre las instituciones financieras mundiales, alcanza los 2,8 billones de dólares. Esta es la conclusión más reciente del Informe de Estabilidad Financiera del Banco de Inglaterra, sobre la gravedad de la situación. Y el gasto de los bancos centrales, como de los gobiernos para el rescate de dichas instituciones, asciende a más de 7,7 billones, también de dólares.
Entre estas instituciones en declive está el corporativo Citigroup. Pero el problema es que este conglomerado estadounidense compró al segundo grupo financiero mexicano, Banamex-Accival, por un valor de 12,000 millones de dólares. Y estando aquél declive; éste anda en el arrastre.
El riesgo es latente ahora para la economía mexicana, no obstante desde su adquisición la cuota de participación del capital externo alcanzó ya el 80 por ciento; ahora, según reconocer el presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Robles Miaja, las instituciones foráneas controlan el 85 por ciento del sistema financiero.
El problema es que EU ha intervenido ya el Citigroup, luego de varias señales de quiebra, como el despido de personal y la caída de sus acciones en los mercados bursátiles. Las pérdidas son de miles de millones: al menos 25 mmdd. Tan sólo el pasado 27 de febrero el gobierno de EU adquirió el 36 por ciento de las acciones del corporativo. Y el Citigroup es controlador de Banamex.
Esto ha generado la polémica en México, que minimiza el secretario de Hacienda, Agustín Carstens. Hacienda ha dicho que los programas de apoyo del gobierno extranjero no violan la legislación mexicana, en relación a la compra de valores de Citigroup. El argumento es que el artículo 13 de la legislación de instituciones de crédito “data de hace más de 20 años” cuando la inversión externa era minoritaria y no existía la crisis económica mundial.
No obstante, ya el 1 de marzo de 2009, la CNBV informó que estaba analizando las implicaciones legales que tendría sobre Banamex el acuerdo mediante el cual EU adquirió el 36 por ciento del Citigroup. Y ahora el gobierno manifiesta la prioridad de presentar alguna iniciativa donde se replantee la rectoría del Estado sobre el sistema financiero; a lo que se agrega el señalamiento de los legisladores de que se debe revisar el asunto de manera urgente. El caso lo amerita, ahora que tras las diferencias, la ola apenas comienza.
19/marzo/2009.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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