miércoles, 23 de diciembre de 2009

Sacudida de país

La sacudida es total. Y no únicamente por la tierra que ayer nos regaló un temblor de 5.9 en la escala de Richter, con epicentro en Puebla y “movida” en todo el Valle de México. Alarmas y desalojos de las oficinas de gobierno y susto para no pocos defeños.
Tampoco por el ambiente preelectoral cuya temperatura sigue al alza, más cuanto se acerque la jornada electoral del 5 de julio próximo. El golpeteo entre los partidos, “duro y a la cabeza”, cuya confrontación tiene a los candidatos a los diferentes puestos de elección popular dispuestos a hacer la guerra. Comenzando por los líderes políticos, como Germán Martínez Cázares del PAN, quien no encuentra tanto eco a sus dislates porque pocos le siguen la corriente a sus improperios. Los ánimos de reto y descalificación de contrarios, como estrategia de campaña que ha emprendido el PAN, no le están dando los resultados esperados porque ni Cázares ni Acción Nacional merecen la credibilidad —tampoco se la han ganado— de los votantes.
La crisis de la economía mexicana, cuyo diagnóstico tiene en jaque al gobierno y, lo peor, a las personas cuyas expectativas son las del bienestar y el empleo, es todavía más profunda de lo que se esperaba. El optimismo del presidente Felipe Calderón, de que lo peor de la crisis ya pasó, no son más que buenos deseos. Los números no mienten, y todo indica que el crecimiento de este año será negativo, que las variables están en declive y que el empleo no llegará. Y el 2010 será complicado para el gobierno porque ya se secaron las arcas de Hacienda.
El pretexto de la crisis de influenza, que amenazó tal vez menos que el miedo que se infundió a la población, se ha convertido en esa variable indispensable para justificar la debacle económica, cuando la realidad es que el gobierno de Calderón no ha ejercido con oportunidad las acciones anticrisis pertinentes. Lo contrario, tanto el presidente FCH desdeñó los primeros síntomas de la debacle estadounidense, como los mismos secretarios de Estado, comenzando por el titular de Hacienda, Agustín Carstens Carstens. Lo que se presumía un resfriado devino en epidemia, porque la economía se hunde a paso lento, y no se ve la recuperación en puerta.
También los señalamientos, orquestados o no, de Miguel de la Madrid Hurtado en contra de los Salinas de Gortari ha enturbiado el ambiente preelectoral, porque se ve la piedra pero o quién la lanzó. Eso por ahora, no obstante el tiempo coloca las cosas en su lugar, por lo que después saldrá a la luz pública la verdadera intención.
A este clima borrascoso se suman los libros de Carlos Ahumada para golpetear al PRD, como se hizo desde los videoescándalos para pegarle al entonces candidato a la presidencia, López Obrador; y el otro que allana el terreno escrito por Roberto Madrazo, donde narra las vicisitudes de su actividad política reciente, y hace señalamientos también fuertes contra muchos de los actores de la vida política del país. Madrazo hace hincapié en el riesgo del narcoestado. Y otros preceptos que rigen la actividad política de México.
Entre los peligros que tiene el país para retomar el crecimiento, aparte que no hay políticas de reactivación de parte del presidente Calderón, está la caída de los precios internacionales del petróleo que inciden directamente en los ingresos por la exportación del energético. Es decir, que el auge se acabó porque las arcas de Hacienda ya no cuentan con los elevados ingresos del petróleo, con el que sí contó durante el gobierno de Vicente Fox y dilapidó en gasto corriente sin mayor provecho para la inversión, la reactivación o el apoyo a las micro, pequeñas o medianas empresas, entre otras cosas.
Ni qué agregar de escándalos como el que se destapó tras la fuga de 53 reos de una cárcel de Zacatecas –en Cieneguillas—, donde los implicados (directa o indirectamente) en el problema se apresuraron a levantar una cortina de humo con acusaciones mutuas entre la actual gobernadora, Amalia García, y el exgobernador de la entidad, Ricardo Monreal. Un botón de muestra del calificado narcoestado en el que vive México, más allá del actual clima de rebatinga electorera rumbo a la intermedia de julio del 2009.

22/mayo/2009.

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