jueves, 24 de diciembre de 2009

Fragilidad de Mota

Siguiendo la línea que desciende desde lo más alto del presidencialismo mexicano, y que está ejerciendo el actual titular Felipe Calderón Hinojosa, el nuevo dirigente del Partido Acción Nacional, César Nava Vázquez, nombró ayer a Josefina Vázquez Mota como la coordinadora de la fracción de ese partido en la Cámara de Diputados.
Si Calderón había determinado que el líder partidista fuera Nava, lo mismo habría definido para Vázquez Mota: que fuera la dirigente de los panistas en San Lázaro. Desde que salió de la Secretaría de Educación Pública para ir a la coordinación de la campaña partidista, estaba claro que Calderón quería a Mota en un punto clave. Y el espacio que le asignan ahora —por votación de mayoría— está entre la fracción de los diputados panistas.
Pero Vázquez Mota llega débil, por varias razones. Con todo y que haya recorrido el país entre los miembros de su partido, el tiempo que duró la campaña electoral que culminó en la debacle panista el 5 de julio pasado, y que últimamente haya asistido a reuniones con los legisladores electos para solicitar el apoyo, su rol ha sido más que mediocre; sea para el partido o para apoyo que Calderón espera de ella.
En ninguno de los espacios políticos que Mota ha ocupado ha sobresalido, no digamos como burócrata sino sobre todo con propuestas para resolver los problemas a los que se enfrenta. Y la SEP es muestra de ello. No hay modelo educativo, o lo que existe no tiene sello alguno de su persona como Secretaria de Educación; el espacio trampolín que dejó en manos del exconsejero del IFE, el neopanista Alonso Lujambio que siguiera los pasos de otros flamantes “intelectuales orgánicos”, como Santiago Creel y Molinar Horcasitas, desde que se les terminó la consejería del IFE.
La Alianza por la Calidad de la Educación se quedó en propuesta. Ni relación laboral-institucional moderna, ni mejoras para los niños, muy por arriba de otras generaciones, “los predecesores”, como ella lo prometiera. La “línea” le quedó a Lujambio, pero no ha ocurrido nada. Para los panistas el espacio que sea es simple trampolín político. Eso vale especialmente para los funcionarios del sexenio foxista y ahora del calderonista.

Además, cuando Mota estuvo en la SEP, no amarró algo con la líder del CNTE, Elba Esther Gordillo. No negoció nada con esa loba de la política mexicana. Ni para bien de la educación, tampoco para bien de las relaciones disparejas entre la propia Maestra y Calderón. Porque después de que Gordillo le ayudó a ganar la elección a Felipe en varios estados, éste trató a todas luces de desecharla. Pero en los casi tres años que lleva en el poder, Calderón no ha podido; con todo y lo que le debe mucho a la profesora.
Durante la campaña panista, Vázquez Mota tampoco lució. Ni se notó en los momentos álgidos de la misma. Pero además de amiga de Margarita Zavala, la esposa de Calderón, éste le tiene todas las confianzas como compañera y colaboradora.
En su momento, abril de 2009, cuando la sacó de la SEP para llevarla a las campañas panistas, el presidente le dijo: “Para mí, como Presidente de la República, el contar con diputadas y diputados que respalden en el Congreso de la Unión el proyecto de nación que compartimos es verdaderamente vital; el gobierno necesita el respaldo del Congreso, yo necesito como Presidente… del respaldo de diputadas y diputados que, como Josefina Vázquez Mota, tienen claramente un compromiso generoso con el país…”.
Así, parece que la imposición de Mota en la coordinación camaral, al igual que la de Nava en el PAN, es más obsesión de Calderón que estrategia de partido y de los “aliados” que necesita para su gobierno. Lo de menos es el palomeo, con todo que en ambos casos se trató de no llevar la contra al presidente, pero los grupos del Consejo Político panista sólo ratificaron con su voto para llevar la fiesta en paz. O porque no les quedó de otra y tampoco quieren contradecir a Calderón. Entre estos está la ultraderecha agrupada en El Yunque.
El otro candidato para dirigir la fracción era, como lo dio a conocer en su momento, el exgobernador de Jalisco y quien destapó en su tiempo a Calderón como el candidato del PAN para la presidencia, Francisco Ramírez Acuña. Exsecretario de gobernación, Ramírez Acuña pertenece a la línea dura del PAN. Cierto, porque lo que Calderón necesita en estos momentos en la Cámara es firmeza. Lo contrario, con Mota, Felipe no alcanzará los acuerdos necesarios para seguir gobernando. Y si Mota no pudo con Gordillo, tampoco logrará algo con quien quede del PRI, sea con Beatriz Paredes o con Emilio Chuayfett.
No obstante, para los siguientes tres años habrá una etapa dura para el PAN. Tanto en el terreno partidista, como en San Lázaro; y más aquí. No sólo las desventajas que tiene el PAN contra el PRI. Igual porque la crisis económica será más profunda en lo sucesivo por el recorte presupuestal, y porque la ciudadanía quiere la salida del PAN del poder. Desde la Cámara, Calderón requiere de negociadores firmes, pero Vázquez Mota no lo es.

14/agosto/2009.

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